Hacía rato que no posteaba en el blog.
Debe ser la época del año, en la que la cabeza quiere pero no puede a veces.
Pero acá estoy de vuelta, y con libro nuevo. Regalo de cumpleaños.
Solamente lamento que la relación costo - beneficio sea tan mala, pero OJO, no por la calidad del contenido... sino al contrario, porque, en solamente 5 minutos me leí el primer capítulo, en la vereda del odontólogo, y con 35 grados de calor. Presiento que en solamente dos días lo devoro, a pesar de estar "baqueteada"*. No solamente por la edad, sino por la época del año ;)
Son capítulos cortos... muy cortos. Como me gustan a mí. Y de ágil lectura. Es la segunda parte de un libro que salió hace unos años. El autor se la jugó por esta siguiente edición. Le tiene mucha fe - según su prólogo - y promete tener el mismo espíritu que el anterior. Personalmente, creo que me va a gustar más. Será porque va a hacer referencia a otros temas, además de PALABRAS.
Les voy a presentar al libro y al autor...
Él
es un señor periodista. y además es historiador. No sé por qué en su breve
biografía del libro, no pone edad de nacimiento... si es pintón. No hay que
esconder la edad. ¡¡Menos en un hombre!! Así que voy a chusmear otros libros
que tengo en casa de él, a ver si les puedo contar cuántos años tiene.
Mientras
busco, va una foto de Balma (así le decimos los lectores fans):
¿Qué tal? ¿Edad? Bueno, si quieren saberla, o bien se la pueden preguntar por Facebook o Twitter, ya que posee cuentas en ambas redes sociales, o wikipedearla. Ese trabajito se los dejo a ustedes, porque en los dos libros que encontré de él en casa, no dice nada del año en que la madre lo trajo al mundo.
Este gran señor publicó ya "Historia de las palabras". Un libro comestible para quienes aman el origen de las cosas, y cómo se generan. Quienes buscan entender por qué estamos diciendo algo. Porque, ¿cuántas veces te encontrás diciendo, por ejemplo, ¡Qué plato! cuando algo te dio risa pero no tenés ni idea dónde se acuñó la expresión? Por lo tanto, para los obses de estos pequeños grandes datos de la historia, tenemos ahora, dos libros. Este nuevo también incluye la historia de las letras y de las frases. Los orígenes de las frases es más común encontrar, pero... ¿de las letras?
Daniel en su Intro promete explicarnos por ejemplo, por qué la H no es tan muda. Complicado para quienes hoy ya escriben o hablan mal... o quizás es una salvación, para justificarse por las malas expresiones o los horrores de ortografía.
¡Qué bien que me vino esto de salvar para enganchar con el título! En realidad, la palabra SALVAMENTO a mí siempre me llevó a lo militar. ¿A ustedes no?
Bueno, mientras leía el primer capítulo de este nuevo libro, titulado "Héroes Catadores", casi llegando al final se me vino esta palabra a la cabeza... palabra fea, por cierto. Porque realmente no sé por qué no es linda. Y eso que tiene un significado noble. ¿Saben cuál es? Tiene dos en realidad, similares: 1) Liberación de un peligro; 2) Sitio en el que uno se protege de un peligro. Pero, no encontré SALVAMENTO en estas dos páginas. Y eso que habla de "hacer la salva", es decir, conseguir que alguien esté a salvo de los conspiradores. "HACER LA SALVA", "A SALVO", "SALVAMENTO"... a mí me da que son parientes...
La historia de "hacer la salva" data de hace dos mil años. Un buen banquete no era tal si no se hacía la salva, dice el autor. El encargado de ejecutarla podía ser un vasallo, un soldado o un esclavo. El rey, el general o el amo tomaba un bocado de su plato y se lo pasaba a este salvador para que lo probara. Si no superaba la prueba, retiraban el plato, y el cuerpo, por supuesto. Pero si se mantenía en pie, la comida estaba apta para ser ingerida. Suicidas, pero a mucha honra, ya que eran épocas de hambruna, y era un honor tener este "trabajo".
Esta ceremonia derivó también en otra relacionada con la bebida: el brindis. Brindar consistía en interrumpir una conversaciión o discurso para rendir un homenaje. De esta ocasión proviene el término "HACER UNA SALVEDAD".
El saludo de un buque tirando bombas al aire desde sus cañones, era también "HACER LA SALVA" y quería decir que un barco equipado con armamento que ingresaba a un puerto extranjero, no tenía intenciones bélicas. ¡¡Sí!! Fue en ese momento en el que se me vino la palabra SALVAMENTO a la mente. ¿Ustedes no la asocian a lo militar también? Veníamos hablando de salvar...
Espero que Balma lea este posteo y me diga si SALVAMENTO está dentro de esta familia directa de palabras, o es una especie de primo, o ahijado.
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* "estar baqueteado": la baqueta era una vara de hierro con la que se castigaba a los desertores. La expresión se refiere al aspecto que presentaban después del castigo. (Curioso dato aportado por el autor y reflejado en la contratapa del libro)
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