Debo confesarles que este segundo capitulo de ÁgilMente me costó. Tuve que leerlo un par de veces para entenderlo. No porque el autor no fuera claro en sus conceptos, al contrario, sino porque la Biología y la Ciencia nunca fueron lo mío, más allá de mi amor hacia las plantas y animales.
Ahora que logré terminarlo (y comprenderlo), me gustaría compartirlo con ustedes haciendo un muy breve resumen de las partes que, a mi criterio, son las más relevantes e interesantes.
El cerebro es un sistema complejo diseñado para sobrevivir en un mundo cambiante. Un sistema que ha ido evolucionando a través del tiempo y ha logrado distanciarnos de nuestros ancestros, los primates. Esto sucedió gracias a dos características primordiales que logran interactuar entre sí: una es la posibilidad de almacenar datos y la otra, la capacidad de improvisar y ser creativos utilizando el conocimiento adquirido. Esta condición es la que nos hace "humanos".
Cerebro y Mente
El cerebro, como el resto de nuestros órganos, está formado por diferentes tejidos, que a su vez están compuestos por células. Todas las células de nuestro cuerpo son morfológicamente diferentes dependiendo donde se ubiquen y cual sea su función.
Las neuronas son las células
fundamentales y básicas del sistema nervioso, encargado de mover la información que se desprende de cada señal neuronal. El conjunto de esa información es lo que se define como mente. Por lo tanto, cerebro y mente se entienden como un sistema codependiente que interactúan permanentemente.
La actividad mental es capaz de modificar la estructura y anatomía del cerebro. ¿Cómo? Al poner en funcionamiento las redes neuronales a través del ejercicio del pensamiento, se produce un mayor flujo sanguíneo lo cual permite que se refuerce la sinapsis existente y se formen nuevas (Sinapsis: pequeñas uniones cargadas eléctricamente que comunican a las neuronas entre sí). Así se aumenta la apertura de los canales de la memoria hacia nuevos aprendizajes.
Evolución del cerebro
Nuestra estructura cerebral tiene una organización jerárquica definida por los científicos como "cerebro triuno", fundamentado en la evolución que han tenido las células y tejidos neuronales en los animales.
La parte más antigua es el "cerebro reptiliano" (500 millones de años); éste regula todo lo referido a nuestros controles centrales: respiración, ritmo cardíaco, sueño, etc. Luego viene el "cerebro límbico" (200 millones de años), responsable de nuestra supervivencia: correr, alimentarse, reproducirse, etc. Estos dos cerebros son los que definen nuestro comportamiento como persona.
Luego está el cortex (100 mil años), encargado de las funciones ejecutivas: visión, habla, memoria. Se divide en izquierdo, encargado del proceso lingüístico y secuencial (escribir, analizar, razonar, comprender) y derecho, holístico y visual (responsable de nuestras sensaciones, nuestra intuición y de relacionar las cosas).
Con todo esto los científicos llegan a la conclusión que "somos seres emocionales que aprendimos a pensar, y no máquinas pensantes que sentimos".
Después de toda este aporte científico MÁS QUE RESUMIDO (nunca viene mal un cacho de cultura), me gustaría detenerme en una parte muy interesante que sé le va a gustar mucho al plantel femenino.
Para no desvirtuar en nada el significado del concepto, prefiero copiarlo tal cual lo describe Bachrach: "El cableado del cerebro femenino evoluciona entonces como lo que se conoce por multitasking, con una conexión entre los hemisferios derecho e izquierdo más importante que en los típicos cerebros de los hombres. Esto les permite hacer malabares entre las emociones, la lógica y las muy diferentes tareas diarias, con más facilidad. En su día, las mujeres tienen muchas "misiones críticas"".
Ahora logro explicarme un montón de cosas... Ahora entiendo por qué mientras caliento el café en el microondas... tiendo la cama, barro el piso de la cocina, lavo los platos de la cena anterior... en tanto mi marido lo único que hace es mirar cómo da vueltas la tacita.
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